lunes, 12 de septiembre de 2011


Criterios de salud psicológica (según Albert Ellis)
Albert Ellis (1913-2007) fue un terapeuta cognitivo conductual que propuso una de las fórmulas más eficaces para el trabajo en el cambio de pensamiento: la “Terapia Racional Emotiva-Conductual”. Partiendo de influencias filosóficas y psicológicas, Ellis propone que muchas alteraciones y perturbaciones de la persona ocurren no tanto por las cosas en sí mismas, si no por la visión que se tiene de ellas.
De su libro Práctica de la terapia racional emotiva (1989), que firma junto a Windy Dryden, extraemos los 13 criterios de salud psicológica que, desde el punto de vista de la RET, podemos utilizar como un punto de partida para la autoevaluación, es decir, que en función de lo cerca que estemos de satisfacer estos criterios, mejor será -desde la visión de Ellis- nuestra salud psicológica.
1. Interés en sí mismo: Las personas sensatas y sanas emocionalmente suelen interesarse en primer lugar por sí mismas, y colocan sus propios intereses al menos un poco por encima de los intereses de los demás. Se sacrifican hasta cierto punto por aquellos a quienes quieren, pero sin que esto les anule.
2. Interés social: El interés social es racional y positivo, porque la mayoría de las personas optan por vivir y divertirse en una comunidad y grupo social. Si no actúan moralmente, protegen los derechos de los demás, y favorecen la vida en sociedad, es poco probable que lleguen a crear esa clase de mundo en el que ellos mismos puedan vivir cómoda y felizmente.
3. Autodirección: La gente sana asume la responsabilidad de su vida a la vez que coopera con los demás. Este tipo de personas no piden ni necesitan demasiada ayuda de los otros.
4. Alta tolerancia a la frustración: Los individuos racionales se otorgan a sí mismos y a los demás el derecho de equivocarse. Se abstienen de condenarse o de condenar a otros como personas, por un comportamiento inaceptable u ofensivo, incluso aunque les desagrade mucho su propia conducta o la de los demás. Estas personas no se atormentan por un fuerte distress emocional, sino que cambian las condiciones adversas que sean susceptibles a modificarse, y aceptan las que no pueden cambiarse, teniendo la sabiduría de diferenciar las dos cosas.
5. Flexibilidad: La gente sana y madura suele ser de ideas flexibles, abierta al cambio, pluralista y no fanática cuando emite opiniones sobre los otros. No dictan reglas fijas y rígidas para si mismos y para los demás.
6. Aceptación de la incertidumbre: Los hombre y las mujeres sanos aceptan la idea de que vivimos en un mundo de probabilidades en continuo cambio, donde no existe la certeza absoluta y probablemente nunca existirá. Se han dado cuenta de que vivir en este mundo de incertidumbre y probabilidades no es horrible, y a menudo resulta fascinante. Les gusta que haya un orden pero no exigen saber con exactitud lo que les deparará en el futuro, y qué les puede llegar a suceder.
7. Comprometerse en ocupaciones creativas: Para la mayoría de las personas resulta saludable y satisfactorio el implicarse de forma vital en algo fuera de sí mismos, y a poder ser tener al menos algún interés creativo. En ciertos individuos este interés es de tipo humanitario, y lo consideran tan importante que organizan a su alrededor buena parte de sus vidas.
8. Pensamiento científico: Los individuos sanos tienden a ser más objetivos, científicos y racionales que los que tienen alguna alteración. Son capaces de tener sentimientos profundos y de actuar correctamente, pero también regulan sus acciones y emociones reflexionando sobre ellas y evaluando sus consecuencias según les lleven a conseguir metas a corto y largo plazo.
9. Autoaceptación: Las personas sanas se alegran de estar vivas y se aceptan a sí mismas simplemente por el hecho de vivir y tener la capacidad de divertirse. Rechazan la idea de medir lo que valen por sus logros externos y por lo que los demás piensan. Han elegido aceptarse a si mismas incondicionalmente, e intentar no evaluarse. Prefieren divertirse más que ponerse a prueba.
10. Arriesgarse: La gente sana emocionalmente tiende a arriesgarse e intentar hacer lo que pretenden, incluso cuando hay muchas probabilidades de que fracasen. Son aventureros pero no temerarios.
11. Hedonismo de larga duración: Las personas bien adaptadas aspiran a conseguir los placeres del presente y del futuro, pero no suelen sacrificar el mañana por el bienestar pasajero de un momento. Son hedonistas, esto significa que buscan la felicidad y evitan el dolor, pero tienen asumido que no van a vivir eternamente y que es mejor pensar a la vez en el hoy y en el mañana, sin obsesionarse con las gratificaciones inmediatas.
12. Antiutopía: La gente sana acepta el hecho de que las utopías son inalcanzables y de que nunca conseguirán todo lo que quieren, ni podrán evitar todo el dolor. Piensan que es poco sensato esforzarse por alcanzar el placer, felicidad y perfección totales, o la total falta de ansiedad, depresión, descontento y hostilidad.
13. La propia responsabilidad de sus alteraciones emocionales: Los individuos sanos aceptan la gran parte de responsabilidad que tienen en sus propias alteraciones, en lugar de echar la culpa de forma defensiva a los demás o a las condiciones sociales, por sus conductas, pensamientos y sentimientos autodestructores.

jueves, 28 de julio de 2011

LA EXPERIENCIA Y LAS EMOCIONES: EL CASO DE JOSÉ

"Hola, Soy Inés, la mamá de José, de 14 meses. Ya que el papá se olvidó de hacer la pregunta... Escribo para una consulta sobre psicologia infantil (bueno, en este caso, bebil...). Nos hemos ido de vacaciones a la playa y, de pronto, el bebé le ha cogido mucho miedo al agua. No le hemos forzado a meterse en el agua, ni mucho menos, pero ya no quiere ver ni la bañera, (ni la suya con sus juguetes que tanto le gustaban!).
La hora del baño, que no es todos los días afortunadamente para ambas partes, se ha convertido en un infierno. Le hemos intentado distraer, jugar nosotros con el agua, mojarnos la cara por turnos y reirnos, pero no hay nada que le haga cambiar de idea en cuanto ve que le queremos meter dentro.
Necesitaríamos un poco de ayuda porque no sabemos muy bien qué hacer.
Muchas gracias de antemano."


 
La mente de un bebé es algo tan fascinante como desconocido, y ejemplifica de una manera muy clara la plasticidad del ser humano. De alguna manera, somos lo que vivimos, pero sobre todo: somos lo que interpretamos de lo que vivimos. 

La experiencia está repleta de emociones. Cada suceso que nos hace sentir una emoción positiva, se almacena en nuestra memoria con signo positivo, mientras que lo que nos provoca malestar, automáticamente se deposita en el saco de lo negativo. 

En ocasiones, las situaciones son objetivamente positivas o negativas, y en cualquier persona suscitarían más o menos la misma emoción. Sin embargo, muchas veces la valoración positiva o negativa de la situación está más relacionada con aspectos personales nuestros (percepciones, creencias, miedos...), que con atributos presentes de manera objetiva en la situación concreta. En el caso de José, es posible que el niño ya estuviera de "mal rollo" por el cambio de entorno,  que echase de menos su casa, sus juguetes y su vida habitual, y en esa situación (para colmo de males) sus padres, esos seres que le dan seguridad a su existencia, se zambuyen alegremente y desaparecen en el mar. Por instantes, pero desaparecen. En esas circunstancias, el miedo es la reacción más lógica.

¿Qué podemos hacer? A efectos prácticos, estos planteamientos no resultan muy útiles (aunque sean tremendamente interesantes). Teniendo en cuenta la demanda concreta y la situación problema (el momento del baño), se me ocurren dos sugerencias para los papás:

1. Tratad de disimular todo atisbo de preocupación y ansiedad. Los niños siempre siempre perciben los estados de ánimo de sus papás. Tienen tan pocas señales de las cuales concluir que todo va bien, que notan los cambios con una facilidad espectacular. Por eso les cuesta tanto adaptarse a lo nuevo, porque les perturba la paz que les proporciona lo habitual. 

2. Tratad de modificar las emociones negativas que el niño tiene asociadas a la situación, cambiándolas por otras de signo positivo. La idea es cambiar el significado al momento del baño. Una idea es darle un significado lúdico, que sea como un juego (os puede servir tener unos barquitos o animales para la bañera) y hacer que ese momento sea apetecible para el niño, que se sienta relajado, y decir: "José!! vamos a jugar a la bañera!! anda, que diver!!". De esa manera, podemos conseguir distraer las emociones negativas con las positivas. 

Espero haber sido de ayuda. Si teneis alguna duda, no dejéis de preguntar. Saludos!

domingo, 17 de julio de 2011

“Nada en nuestra manera de pensar, de sentir, de decidir y de actuar escapa a la influencia de la autoestima”



Esta frase define por sí misma la importancia de la autoestima en el bienestar psicológico. Somos lo que creemos que somos, y valemos lo que creemos que valemos. Nuestras posibilidades de éxito en cualquier ámbito de nuestras vidas dependen en gran medida de la confianza que depositemos en nosotros mismos, y en función eso, ACTUAMOS.
Toda acción y omisión, todo lo que somos, la manera en la que nos dirigimos a los demás, lo que esperamos de los otros, el por qué tomamos unas decisiones y no otras, lo que nos da miedo, aquello que nos define… Todo puede, de alguna manera, analizarse pasado por el filtro del estado de nuestra autoestima.
La mayoría de nosotros tenemos una idea de qué es la autoestima, conocemos (más o menos) el concepto y lo utilizamos para observarnos y estudiarnos. Nos sirve para comprendernos a nosotros mismos, pero también a los demás, en su nombre explicamos conductas, entendemos estados y justificamos deseos. Pero, ¿qué es lo que no sabemos de la autoestima?, ¿por qué hay personas que se sienten mejor consigo mismas y otras peor?, ¿qué puedo hacer para mejorar la mía?
Para empezar, encontraremos bastantes respuestas si entendemos cómo se forma la autoestima, y para ello es muy importante diferenciar lo que es la percepción de uno mismo, y el ideal de uno mismo.
La percepción de uno mismo es equivalente al autoconcepto, que es la visión objetiva de las habilidades, características y cualidades presentes y ausentes. LO QUE SOY OBJETIVAMENTE.
En cambio, el ideal de uno mismo es la imagen de la persona que le gustaría ser, no de modo frívolo (Quisiera ser millonario) sino el deseo sincero de poseer determinados atributos. LO QUE ME GUSTARÍA SER.
Cuando la percepción y el ideal de uno mismo se equiparan, la autoestima es positiva. Por ejemplo, si valoramos el éxito profesional en función de un salario alto, y lo tenemos, nos sentiremos bien con nosotros mismos; tendremos una evaluación positiva de nuestras características reales. Por el contrario, si nuestro IDEAL es ser popular, pero en realidad tenemos pocos amigos, tendremos una baja autoestima. Existirá una discrepancia entre la percepción y el ideal que conlleva problemas con la autoestima.
Por lo tanto, ¿qué diferencia a alguien con una buena autoestima de alguien con la autoestima baja? Pues bien, una persona con una autoestima positiva se valora de forma REALISTA, JUSTA y POSITIVA, y está satisfecha con sus aptitudes. Tiene una visión “saludable” de sí misma, aceptando sus defectos, pero sin tomar una postura excesivamente crítica: sentirse satisfecho de uno mismo no quiere decir que no se desee ser diferente en algunos aspectos; los defectos se perciben como áreas insatisfactorias a mejorar, que en ningún momento suponen una amenaza global a la valía de la persona en general.
De lo anterior se extrae otra idea muy importante: la autoestima depende en gran medida de la forma en la que las personas manejamos nuestras virtudes y nuestros defectos.
En este sentido, la primera norma básica para tener una buena autoestima es ser REALISTAS. Se trata de que nos observemos a nosotros mismos y nos valoremos de una manera justa, sin esconder esos defectos que nos convierten en humanos y que en ocasiones resultan incluso encantadores, y sin olvidarnos de sentir orgullo por aquellos detalles presentes en nosotros que nos convierten en únicos y geniales. Es imposible destacar en todo, así como es imposible no destacar en nada. Es importante hacer este ejercicio de auto-análisis para poder mejorar la autoestima: se trata de cuestionar nuestras creencias, hemos de ser JUSTOS Y REALISTAS.
Y al final del camino, cuando hemos conseguido hacernos a una idea de nosotros mismos que se ajuste a la realidad, nos puede ser útil el siguiente planteamiento matemático: Si yo soy 100, ¿cuánto de esto me gusta y cuánto no? Hacemos una resta:
Si lo positivo supone el 70% de mi y lo negativo supone el 30%, entonces la operación sale con signo positivo (+40): percibo más los atributos positivos de mi persona que los negativos, con lo que mi autoestima será positiva. Pero si en cambio es al revés, y resulta negativa, ¿Qué hago? Pues ponerme manos a la obra para, por un lado mejorar mi percepción de mi mismo, valorando en mayor medida mis virtudes, y por otro intentar cambiar lo que no me gusta, para acercarme poco a poco, y dentro de mis posibilidades, a aquello que persigo.

martes, 12 de julio de 2011

Bienvenida

Bienvenidos al blog de Ubica Atención Psicológica, un Centro de Psicología situado en el centro de Madrid.

Este espacio nace con el objetivo de aportar información sobre temas que frecuentemente nos preocupan a todas las personas, y que están relacionados con nuestro funcionamiento a nivel psicológico. La idea es que podáis encontrar respuestas a vuestras dudas, y que eso os ayude a comprender mejor algunas de las complejidades de la psicología humana, y así poder manejar las situaciones difíciles de una forma más saludable.

De esta forma, con una frecuencia más o menos semanal, iréis encontrando información útil acerca de conceptos e ideas muy importantes en psicología, como pueden ser la autoestima, las habilidades sociales, la asertividad, el estrés, la ansiedad, las estrategias de afrontamiento de situaciones difíciles, las dificultades para hablar en público, las relaciones de pareja, el manejo de la ira, el control emocional, etc...

En principio, y para comenzar a funcionar, la selección de temas la iré haciendo yo, pero me encantaría poder atender a vuestras sugerencias de ideas para poder continuar y de las que poder enriquecernos todos. Asimismo, me gustaría que este blog fuese un espacio interactivo en el que poder debatir y aportar conocimiento basado en vuestras experiencias.

Sin más, os reitero mi bienvenida y espero que os resulte interesante!


ubica Atención Psicológica
Madrid, Calle Barquillo 37, 1D
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